Usos de la sal en el hogar
Mantiene frescas las flores por más tiempo, añadiendo una pizca en el agua del florero.
Controla las malezas del jardín, al esparcir en las grietas de las baldosas o bordes donde suelen crecer.
Apaga los incendios con aceite, echando por encima de las llamas.
Retira el hielo de la calle y la vereda, espolvoreando por encima de la nieve o escarcha, evitando que el hielo se pegue al piso.
Repele las hormigas, si se espolvorea en la entrada de la casa, alrededor de las ventanas y bajo de las puertas.
Seca la ropa en invierno, echa un puñado de sal al agua en el último enjuague, para evitar que la ropa se congele en la soga a la intemperie.
Protege los muebles de mimbre, evitando que se pongan amarillos, aplicar con un cepillo húmedo y dejar que se seque al sol.
Alarga la vida útil de las esponjas de baño o cocina. Después de usar, ponerlas en remojo en agua con sal.
Evita la aparición de escarcha en las ventanas de la casa y el coche, al frotar una esponja con agua y sal.
Desodoriza el calzado, rociando un poco en el interior, elimina la humedad y el mal olor.
Elimina toda la suciedad que se produce por quemaduras o derrames de las cacerolas, sartenes, ollas, horno y hornallas. Aplicar abundante sal y quitar con paños de papel.
Desodoriza y limpia la heladera. Aplicar sal y agua con gas en la puerta y el interior unos minutos antes de descongelar o limpiar.
Elimina las manchas de óxido en las telas, mezclando un poco de sal con jugo de un limón, humedeciendo bien y luego secando al sol. Lavar después como de costumbre.
Borra los círculos blancos sobre los muebles de madera, después de apoyar un vaso o algo mojado. Aplicar una capa de aceite y sal sobre la mancha, masajear, dejar reposar una hora y retirar.
Saca la grasa de los utensilios de hierro de la cocina. Espolvorear encima de ellos un poco de sal y dejar que repose. Quitar el exceso y lavar como de costumbre. La misma técnica se puede usar para eliminar las manchas oscuras de café y té en las tazas.
Reduce el mal olor en los frascos y las botellas, tanto de vidrio como de plástico (pero más en estas últimas, donde es más fácil concentrar olores). Añadir una cucharada de sal en el interior del recipiente y dejar unos minutos. Enjuagarlo normalmente con detergente o producto de limpieza.
Quita las manchas de la bañera o lavatorio, hacer una mezcla de aguarrás con sal. Aplicar sobre las superficies y dejar reposar quince minutos, así saldrá ese color amarillo antiestético. Luego, pasar una esponja húmeda para retirar los excesos.
Limpia los pisos de toda la casa. Añadir en un balde con agua tibia media taza de sal. Trapear como de costumbre. Si es de madera, tendrá más brillo y si es de cerámica, evitará que se ensucie enseguida.
Saca brillo de las piezas de bronce, estaño, plata y cobre. Hacer una mezcla en partes iguales de vinagre, harina y sal. Aplica en los objetos y deja reposar quince minutos. Quita con un cepillo suavemente y seca con un paño seco. Luego pule.
Previene que se junte grasa y mal olor en las cañerias. Preparar una pasta con vinagre y sal y echar por el drenaje.
Evita que la plancha se pegue a la ropa, aplicando un poco de sal en el almidón, además esto hace que las sábanas y prendas de algodón se vean como nuevas.
Limpia las teclas amarillentas de los pianos. Colocar sal y jugo de limón en un paño suave y con él frota las teclas para ir removiendo las manchas por la humedad, el paso del tiempo o el uso. El mismo tratamiento se puede usar para las piezas de mármol o de marfil.
Aumenta la vida útil de las escobas, antes de usarlas la primera vez, sumérgelas en agua caliente con sal.
Abrillanta los colores en las prendas al lavarlas, como por ejemplo las cortinas o los cortinas de fibras naturales.
Remueve las manchas de sudor en la ropa. Colocar cuatro cucharadas de sal en un litro de agua caliente. Frotar con una esponja en la prenda hasta que la aureola desaparezca.
Quita las manchas de sangre. Remojar en agua fría con sal la prenda, lavar en agua jabonosa y hervir. Sólo para prendas de algodón, lino y fibras naturales.